Aunque estés lejos

Aunque estés
al otro lado del mundo,
te echo de menos.

Aunque vivas
al otro lado de la vida(una vida sin vida)
te llevo en mi recuerdo.

Aunque hayas dado la vuelta
al cinturón del espacio
y estés al fondo de sol,
me dejaste tu cielo.

Aunque tu voz
ensaye un canto cada día
con sus notas redondas,
a mí me llega el eco.

Aunque el alba
despierte entre tus manos
y busques el rumor de las olas,
yo he guardado tu aliento.

Aunque busques
la noche, la luna, los mares,
y todo el mundo entero,
el amor vive en mi cofre secreto.

Te llevaste abrazos, caricias,
la seda de tus besos,
pero tu fuerza y tu ternura infinita
quedaron en mi pecho.

¿De qué me sirve conquistar el mundo?
¡El amor lo tienes tú…
y estás tan lejos!


Enrique Gómez Juliá
Asturias, España
Abril 2005

luces del atardecer

Para Karla este poema temporal


luces del atardecer, llevan la ciudad
distante del hombre que escribe en silencio.
luces del atardecer, justifican las palabras
que ahora se acomodan en todas las cosas.
luces del atardecer, después de la sobremesa
y la casa vacía. La ciudad pudo haber sido mayor.
luces del atardecer, vengan a mí
cuando yo sea el otro que dice estar en mi lugar.



Autor: Luis Manuel Pérez Boitel
11 de enero de 2006
Remedios, Sta. Clara, Cuba

HORA CUATRO

El amor no es vida,
es solamente una electrocutación
de la cual sólo salimos
con más ansia de luz.

Pero las obsesiones
son la dulzura de la soledad
son tangibles en el sueño,
esperadas en el umbral del alba
inesperadamente realizables.

Pero no hay nada mejor
que el sol
durmiendo entre tus piernas
beso a beso.

Nada puede tocarte como yo.

1997
Otoniel Guevara
en Metrópolis, San Salv., El Salvador

EN MEDIO DE LA NOCHE

a Mariposasiwapil

En medio de la noche, mientras fuma ávido y con bocanadas profundas, un hombre escribe cuentos buscando inmortalizarse. Tiene los ojos levemente entreabiertos, y apenas si se ilumina con la brasa del cigarrillo. No escribe ni en un cuaderno ni en un papel, escribe en la memoria de su alma. Y a los trazos de las letras los dibuja con las formas del humo. Lentamente, la mano de la mujer que está acostada a su lado comienza a hurgar, sin aviso, en toda la extensión de su piel, le urge las ganas y el amor, le endurece el sexo que reposa en la entrepierna… Y el hombre que escribe cuentos en medio de la noche abandona entonces toda ahumada caligrafía. Tal vez más tarde encuentre alguna historia que merezca descifrarse, tatuada en el humo y en el alma.
Ahora, y mientras tanto, es inmortal.


Autor: Pablo Salomone
Entre Ríos, Argentina
Septiembre 2005

Sueño incesante

las yemas de mis dedos interpretan el lenguaje braille de tu piel
- insensata ceguera de amor -
y dibujan océanos en tu espalda, esos que ahora nos separan,
en los que zambullir mis sentidos.
mi lengua busca tu lengua, la saluda, la reta, se enrosca, se despide
y se aleja a explorar el sabor salado de tu cuerpo… ¿o acaso era dulce?
y como las olas del cantábrico en los temporales de octubre
se alzan bravías y desafiantes para estallar en la orilla
y morir sumisas filtrándose en la arena de la playa,
así muero yo entre tus brazos
deseando ocupar cada poro de ti…
hasta que el verdugo de cuatro dígitos de mi mesita de noche
ejecuta la sentencia de enfrentarme, un día más, a la fría realidad.


Enrique Gómez Juliá
Asturias, España

Ir a El Salvador

ir a El Salvador, allá en ese país
imposible de dibujar sin ver su cielo. todavía
imaginar ese océano y más allá la muchacha
que espera el poema, sentada en un parque
que tiene una gran ciudad de fondo.

ir a El Salvador, y decir está allí mismo,
como si el monte fuera el monte y la montaña
el país donde la muchacha regala cariños
y promesas, donde la gente quiere respirar
bajo el cielo más inmenso.

ir a El Salvador, como si fuera San Salvador
la ermita necesaria donde plantar la bandera
y Karla, también estará allí, en el convivio
de ese paisaje que temo imaginar, que nunca
he visto.

ir a El Salvador, con unos versos dispuestos
al país, a la gente de ese país
que tanto espera una palabra, un silencio
entre el poema y el poeta.


Autor: Luis Manuel Pérez Boitel
Remedios, Sta. Clara, Cuba
Enero 14, 2007